La
voluntad es la capacidad consciente que posee el ser humano para realizar algo
con intención. Y realizarlo a pesar de las adversidades que vienen con la vida,
de las dificultades presentes a diario, de los contratiempos muy personales y
los oscilantes estados de ánimo.
Resistir a
la tentación es
solo la mitad
de la batalla.
Como Fortalecer
la Voluntad.
Para sortear
cada uno de los obstáculos que se nos
van presentando necesitamos
fuerza de voluntad. En todas las resoluciones difíciles
que deseamos llevar
a la práctica, nos
hace falta una
fuerza interior que
nos impulse a enfrentar el reto y
a no cejar en
nuestro propósito.
Pero con mucha
frecuencia nos quedamos a
medio camino y nos
lamentamos: “Es por demás: me hace falta fuerza de voluntad” la verdad
es que la fuerza de voluntad
no constituye una característica inmutable con la que se
nazca o con la que no se nazca. Al contrario: es una habilidad que podemos desarrollar y robustecer de manera
que, con la mira bien enfocada nos ayude
a logra nuestras metas.
Hace 47 años el psicólogo
Italiano Roberto Assagioli
escribió “Entre los muchos poderes internos del ser humano, destaca por
su importancia el inmenso poder desaprovechado de la fuerza de voluntad”. Alan
Marlatt añade que “La voluntad disciplinada es una arma formidable”. Algunos
diccionarios definen como el control sobre los impulsos y los actos propios.
Las palabras clave en esta definición son fuerza
y control. La fuerza existe, pero
hay que saber controlarla.
De acuerdo con esto algunos
psicólogos y otros expertos aconsejan lo siguiente:
Adoptar
una actitud positiva. No cometer el error de confundir la fuerza
de voluntad con el sacrificio. La fuerza de voluntad se torna más dinámica
cuando se aplica a propósitos positivos y estimulantes; aplicada en lo positivo
nos ayuda a superar la inercia y a enfocar los pensamientos hacia futuro,
cuando se acumulen dificultades, imagínate a ti mismo gratamente ocupa en pos
de tu meta, esto te estimula a seguir adelante.
Decídete
a cambiar. El catedrático de psicología James Prochaska ha
identificado cuatro etapas en el proceso de un cambio de conducta; las cuales
son:
·
Pre- contemplación: Que es el resistirse al
cambio.
·
Contemplación: Ponderar los pros y los
contras del cambio
·
Acción: Ejercitar la fuerza de voluntad para
llevar a efecto el cambio
·
Sostenimiento: Activar la fuerza de voluntad
para apuntalar en cambio
·
Para concentrar y movilizar los esfuerzos es
necesario fijarse una fecha límite para cumplir el objetivo.
Fíjate objetivos muy
específicos: “No digas: voy a hacer más ejercicio, o voy a
leer más” Mejor di “Todas las mañanas voy a caminar durante 45 minutos, o tres
noches por semana voy a leer durante una hora"
Estimule
su amor propio: El más potente incentivo es el deseo de
mejorar la imagen de uno mismo y de empuñar las riendas de la propia vida “Los
argumentos racionales son convincentes pero la gente no responde de verdad
hasta que entran en juego las emociones” En esta forma, el deseo de formarse
una mejor opinión de sí mismo nos infunde la fuerza de voluntad necesaria para
mandar a volar lo que no nos permite llegar a nuestro objetivo.
“Actué
como si…” Actuar como si poseyera una gran fuerza de voluntad
puede ayudarte a obtenerla. Repite con frecuencia “Estoy decidido a dejar….” Y
t saldrás con la tuya.
Reafirma
constantemente su voluntad: Elabora una lista de
diligencias que tienes que hacer para el sábado por la mañana, y no te sientes
a comer mientras te quede alguna por cumplir.
Prevé
las dificultades: Aunque tengas el firme propósito de lograr
algo debes prever los obstáculos que te saldrán al paso y la manera en que los
solucionaras.
Se
realista: Hasta la voluntad más firme puede flaquear y el fracaso
refrena el deseo de volver a intentarlo. A veces conviene más fijarse varios
objetivos modestos, que uno demasiado difícil.
Se
paciente: La fuerza de voluntad no se adquiere de la noche a la
mañana. Se logra paso a paso, y algunas veces hay recaídas. Averigua que
ocasionó el tropiezo y redobla los esfuerzos.
No
te desalientes: La voluntad se robustece con cada victoria.
Cuando a base de voluntad, se ha logrado vencer un mal hábito aumenta la
confianza en uno mismo para emprender otros propósitos.
Una trayectoria de éxitos
hace surgir una voz interior que nos proporciona “un afirme asidero para
detenernos al borde del precipicio”
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